martes, 14 de septiembre de 2010

La espera

Llevaba muchos días, quizá meses o incluso algún que otro año sentado en el mismo banco. Había visto niños jugando al fútbol, parejas amámdose en el cesped, yonquis pinchándose, viejos haciendo gimnasia. Había visto cadáveres, pájaros volando bajo la nieve y mariposas cazando minutos. La había visto pasar más de una vez, y ella ni siquiera se había dado cuenta. Guapa, ligera, cuando pasaba por delante, el corazón le salía por la boca, pero no era capaz de levantarse de aquel maldito banco.
   Un día, alguien se sentó a su lado:
-¿Qué espera?
-Lo inesperado.-contestó.

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