lunes, 30 de agosto de 2010

¿Por qué? Por eso

Porque he llegado a comprender a Einstein
cuando le preguntaron por la relatividad
y contestó:
"La relatividad es cuando entre tus manos
sostienes un cazo de agua hirviendo
y un segundo te parece una hora;
o cuando tienes sobre tus piernas
las posaderas de la chica que te gusta
y una hora te parece un segundo".
Porque he cortado el pelo
a mariposas que corrían por mis brazos.
Porque he tenido que coserme los pies al suelo
con hilo de cobre.
Por eso, precisamente.
Porque con un cuchillo,
me he abierto el pecho
por si querías ver mi corazón.
Porque traicioné al comprador
de mis retinas.
Porque de mis venas solo brota ausencia.
Por eso, simplemente.
Porque he querido ser
funambulista en la tiranta de tu ropa interior
y precipitarme al vacio por tu espalda.
Porque he conseguido hacer brotar
una rosa entre mis manos llenas de espinas.
Por eso,
única y exclusivamente. Sin más.

domingo, 29 de agosto de 2010

I Parte: Como todos los días

Como todos los días, apagaba el despertador, terminaba de beberse el vaso de agua de la mesilla y se incorporaba de la cama para poner en funcionamiento el tocadiscos. Como cada mañana, giraba en el aparato "Kind of blue", mientras se preparaba el cafe e intentaba no hacer caso a sus migrañas diarias. Como cada mañana, todo parecía marchar igual. En la basura, una montaña de posos de café amargando el olor de la cocina. Maldita sea, el olor de la cocina se parecía cada vez más al de su propia vida. Como cada mañana, todo era más complicado que el día anterior.  
  En el agua del retrete, se mezclaba la orina con la sangre y parecía una elegía escrita por Dante. Temía mirarse al espejo, por no tener que soportar su rostro ni el tamaño de sus ojeras, moradas como si fueran la cara de Jacke La Motta. Se limitaba a encajarse en el espejo y atarse bien la corbata. Como cada mañana, tiraba la toalla en el primer round. En su esquina, solo encontraba la foto de amigos muertos y de aquella chica que le marcó para toda la vida, aquella puta foto que no es más que el recuerdo de su rostro.
  Como cada mañana, desenterraba las llaves de su viejo Corvette color berenjena, lo único que todavía era capaz de mantener con algo de ilusión, y se marchaba. Se marchaba perfectamente trajeado, buscaba carreteras secundarias, caminos de tierra, sitios donde sentir que sus ojeras no lo eran todo y donde buscar una toalla blanca manchada de sangre, para volver a tirarla a la mañana siguiente. Buscaba tierra lo bastante seca para que el color de la sangre de su orina, fuera algo de la tierra y no suyo. Buscaba una victoria de mentira, una mentira que le devolviera a la verdad.
   "Well, everybody hurts sometimes", tarareaba en sus migrañas aquella mañana. No, no era como cada mañana. Esa mañana, tarareaba una canción en su cabeza y no sabía de quién coño era. No era capaz de recordarlo, y aquello, aquella frase, aquel estribillo, era como un martillo golpeando su cabeza. Aún así, con la radio de su Corvette apagada, salió en busca de respuestas sin preguntas, de sueños rotos, de recuerdos borrados, de ilusiones desilusionadas.
   "If you feel like letting go (hold on)"

jueves, 26 de agosto de 2010

Agradable sensación de culpabilidad

Si pudiera sentir la culpa de parar el reloj en esos momentos
si pudiera sentir la culpa de violar el lugar de un crimen
si pudiera sentir la culpa de tapar la luna con una manta
si pudiera sentir la culpa de condenarme sin remedio
si pudiera sentir la culpa de sentir todas las culpas
me declararía solvente de cumplir toda pena
para después, oir de tus labios:
"Y todo por tu culpa".